Henri Cartier-Bresson (22 de agosto de 1908 - 3 de agosto de 2004) fue un célebre fotógrafo francés considerado por muchos el padre del fotorreportaje. Predicó siempre con la idea de atrapar el instante decisivo. Se trataba, pues, de poner la cabeza, el ojo y el corazón en el mismo momento en el que se desarrolla el clímax de una acción fotográfica
Con esa frase, el "instante decisivo", se podría resumir toda la teoría y la vida profesional de Henri Cartier-Bresson. Para este gran fotógrafo, la vida era una sucesión de instantes, algunos de los cuales eran dignos de ser plasmados en una fotografía. El fotógrafo debe tener la suerte, la paciencia y el sentido profesional adecuado para saber estar en el sitio y momento justos para captarlo.
Para Cartier-Bresson, fotografiar era como contener el aliento, mientras se unían el ojo, la mente y el corazón para hacer un disparo y captar ese instante decisivo y fugaz. Nunca usó flash, ni filtros, ni trucajes de laboratorio o de retoque ulterior en sus negativos. Su vieja cámara Leyca y su mirada sobre la realidad eran herramientas suficientes. Le desagradaba todo aquello que modificara el punto de vista original y la luz artificial del flash le parecía una falta de respeto hacia el objeto fotografiado.
No se trata de disparar esperando una buena imagen, es algo más complejo, cuando sentimos ese punzamiento e intentamos reflejarlo, un paisaje, una situación atípica, una sombra, es un sentimiento materializado por la forma de ser de cada uno, el momento decisivo es decisivo para cada uno y puede ser que esto no se transmita correctamente con la intensidad o la fuerza que nos hace actuar de esta manera automática con una alineación de los sentidos en un punto concreto.
Yo apuntaba por un concepto "casualitativo" esperar en un determinado sitio el momento de la toma perfecta cuando todos los elementos se conjugan entre si para resplandecer y llamar nuestra atención.
¿Too tiene su momento decisivo? Parece que no, no se trata de esta alineación de fenomenos que no controlamos como los naturales, es como he dicho antes el sentimiento materializado mediante la imagen.
Con esa frase, el "instante decisivo", se podría resumir toda la teoría y la vida profesional de Henri Cartier-Bresson. Para este gran fotógrafo, la vida era una sucesión de instantes, algunos de los cuales eran dignos de ser plasmados en una fotografía. El fotógrafo debe tener la suerte, la paciencia y el sentido profesional adecuado para saber estar en el sitio y momento justos para captarlo.
Para Cartier-Bresson, fotografiar era como contener el aliento, mientras se unían el ojo, la mente y el corazón para hacer un disparo y captar ese instante decisivo y fugaz. Nunca usó flash, ni filtros, ni trucajes de laboratorio o de retoque ulterior en sus negativos. Su vieja cámara Leyca y su mirada sobre la realidad eran herramientas suficientes. Le desagradaba todo aquello que modificara el punto de vista original y la luz artificial del flash le parecía una falta de respeto hacia el objeto fotografiado.
No se trata de disparar esperando una buena imagen, es algo más complejo, cuando sentimos ese punzamiento e intentamos reflejarlo, un paisaje, una situación atípica, una sombra, es un sentimiento materializado por la forma de ser de cada uno, el momento decisivo es decisivo para cada uno y puede ser que esto no se transmita correctamente con la intensidad o la fuerza que nos hace actuar de esta manera automática con una alineación de los sentidos en un punto concreto.
Yo apuntaba por un concepto "casualitativo" esperar en un determinado sitio el momento de la toma perfecta cuando todos los elementos se conjugan entre si para resplandecer y llamar nuestra atención.
¿Too tiene su momento decisivo? Parece que no, no se trata de esta alineación de fenomenos que no controlamos como los naturales, es como he dicho antes el sentimiento materializado mediante la imagen.
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